Foster + Partners ha presentado su diseño para un ‘droneport’ en Ruanda, un intento de llevar atención médica más eficiente y entregar servicios comerciales a comunidades en África, donde hay una falta de infraestructura para satisfacer las necesidades de la población.
"Sólo un tercio de los africanos vive dentro de un radio de dos kilómetros de un camino habilitado en todas las estaciones", explica el comunicado de prensa. "Se requerirían niveles sin precedentes de inversión en carreteras y ferrocarriles para ponerse al día con el crecimiento exponencial de la población de África, que se duplicará a 2,2 millones en 2050". Foster + Partners en cambio propone saltar este paso en el desarrollo, haciendo uso de la tecnología del siglo 21, los drones.
“El desafiante paisaje geográfico y social de Ruanda lo convierte en el sitio ideal para testear el proyecto Droneport”, comenta Norman Foster. Este proyecto puede tener un impacto masivo a lo largo del siglo y salvar vidas inmediatamente”.
Listo para iniciar la construcción en el 2016, el proyecto es la primera iniciativa de la Fundación Norman Foster con sede en Madrid, en colaboración con Foster + Partners, Redline, la organización que ha ayudado a desarrollar los drones y de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL) .
El droneport incluye una clínica de salud, un taller de fabricación digital, una sala de correos y mensajería y un centro de comercio electrónico, por lo que sería un edificio cívico clave en su propia área local. Además, su diseño permite que los drones puedan aterrizar con seguridad en una zona densamente poblada. El droneport se centrará inicialmente en la entrega de sangre y otros suministros médicos utilizando drones con una envergadura de 3 metros capaces de transportar hasta 10 kilogramos, pero en 2025, planean lanzar un drone de 6 metros para entregas comerciales con una carga útil de hasta 100 kilogramos, las ganancias se utilizarán después para subsidiar la misión médica de la operación.
Si bien puede parecer una extraña propuesta, droneport no es la primera sugerencia de utilizar drones para eludir formas más convencionales y costosas de infraestructura: en julio, Facebook comenzó a probar Aquila, un drone a energía solar que ofrecer acceso a Internet a zonas remotas, teniendo a África como uno de sus objetivos clave.
También resulta inusual que no es la primera incursión de Foster + Partners en tipologías poco convencionales: son los diseñadores del primer puerto espacial comercial del mundo y también han creado propuestas para construir estructuras en la Luna. De hecho, la firma acredita su trabajo anterior como crítico en el desarrollo de droneport, comparando la propuesta a enviar robots de impresión 3D para imprimir un edificio con la misma tierra de la luna a su plan actual de enviar sólo un encofrado básico y máquinas de ladrillos al sitio en Ruanda y crear bóvedas de ladrillo de arcilla local.
Programado para completarse en el 2020, el complejo de tres edificios permitirá que la red de Redline se extienda hasta el 44% de Ruanda. Foster + Partners también sugiere que las fases posteriores del proyecto podrían contemplar hasta 40 edificios en Ruanda, que sirvan no sólo a todo el país, sino también a los países vecinos como la República Democrática del Congo.
